sábado, 28 de noviembre de 2009

Escucharte


Tomás.
No voy a pensar más en la hora de la música.
Efímero sonido equilibrado... ¡Qué le digo, es mi aire! ¿Sos vos, vos el culpable de arrebatarme mi sentido más puro? ¡La sangre de mis venas! ¡Qué fue la música sino el relleno de mis entrañas vacías, entonces!
¿Y mi Dios? Mi motor, mi máquina, mi flor artificial. ¡Que estoy diciendo, a mi cuna! Razón y vida, la que entregaba. Ella, aquella.

Cuando escucho lo que suene más cercano todo me recuerda a algo, me hace pensar en alguien, en nada, pasado, presente, algún futuro. Pero no hay manera, no hay forma de que piense en vos.

No, si escucho hardcore no me acuerdo de vos, tampoco el maldito pop, o electro, o puta cumbia, quizá regge, reggeton, o rock clásico, flamenco, griego, country, blues, jazz, punk; ninguna. Ningún sonido. Tomás, ninguna.

¡Ninguna letra con palabras estrofas rimas bonitas me remonta a vos! ¡Ningún ritmo, ningún acorde! ¿Declararte que hasta tuve miedo de escucharlos y resignarme?

Llegué a mi propia conclusión: vos sos música. Una nueva. Silencio, puedo oirla...

Una que mis oídos pueden escuchar, que solo yo puedo sentir, que no cabe en instrumentos (o en todos). No, es la mejor que eh escuchado. Suena siempre, porque siempre estas. Acá, allá. ¿Confesarte que te deseo acá, ya? Tus Re menores, mayores. Tus contra altos, tus vibratos, tus roces, la clave del sol que me guía. El La que me afina y resuena en mis huesos.

La más suave y delicada armonía. El volumen de mis tensiones.

No, no puedo compararla con la mediocridad de los ignorantes que lucran sus venas humanas.

Sos música, sos ...

Cuando no me encontraste en el paseo del huerto me enfermé

Lucki tiene frío, esta asustado y al borde de la desesperación.
Corre y corre, lo persigue el viento, el maldito viento.
¡No te asustes! El amor duele, y la lluvia arde ...
Sé que cuando me observás me escribís ...
y sabes que cuando hablo demasiado es para que no me veas.
Todavía soy débil.


Llorarte


Mirá, lloré de felicidad. Mirá, fue por vos.
Salté como nunca, volé por la casa de mi abuela.
Las lágrimas eran cálidas, caian junto con mis gritos.
Grité. Le grite a la mami que te amo, qye sos todo.
Que losepa, que lo sepa toda la humanidad
y les enseñemos. Cambiemos el mundo.
No tengo ganas de escribir, porque la
impotencia por no tener las palabras me supera.
Pero el piso me absorbió hasta las raices con olor a tierra mojada,
y la soledad de la inocencia perdida
(dos peludas razones para ser feliz )
se volvio alegria;
de querer no dejarte nunca
y estar con vos hasta que me muera.
Porque no, no me importa morir.
Y en este momento lo unico que
quiero es escuchar tus latidos.
Ni almuerzo ni cena ni amigos ni familia ni Dios.
Vos. Vos sos lo único que va a estar siempre.
Ese día, ese día, fue Navidad.

martes, 17 de noviembre de 2009

Siempre se puede vivir

Escribimos ...

Hay un árbol, he! hay un árbol
y no se puede escapar, e!
Quiere correr, quiere caminar,
quiere volar
pero aun no lo puede lograr !
(y ahí fue cuando pensé en que pensabas, o no, no pude)


Luego vino un mágico balde azul,
(la magia de mis cabellos blancos)
y lo quiso librar, pero no pude, eh!
le fue imposible, eh!
se hecho a llorar.

(coro)

Y cuando se murió
su alma se echo a volar
¿Porqué murió?¿Porque ahí no mas?
(¿porque querias que se fuera?)
si! porque el bendito viento,
el bendito viento lo pudo librar! eh!



(los arboles mueren de pié, eh!
los arboles mueren de pie.)

Esto soy, hey



Volvé a las pistas, yo volveré a las puntas -a lo único que quiero volver de mí-. Y que si ese corte de pelo no te va, y que si mi labio inferior quiere algo más.
Ya no veo el pasado, ya lo olvide. Quiero tu futuro, tu casa. Diseñar tu amor, tu fe, tus sueños. Verte dormir, verte dormir...
Sigo sin entender que haces a mi lado, que no te asusta (ya intente de todas las formas). ¡Mira! ¡soy una revolución de ideas y escala de colores! ¡Andate! ¡Mira que grotesco ser encontraste! y tu irresistible delicadeza ... No soporto extrañarte. NO, no lo soporto.
No soporto que me entiendas y que me aceptes. Sólo quiero ser vos.
Y ahogarme en nubes de puré, con palomas de algodón, y tu siniestra lujuria desenfrenada y llena de sed. ¡De mi! ¿Ves acaso un encanto en Anastasia?
Aveces lo siento. Como mi absurda complejidad opaca tu sencillez.
Podes irte. Pero no sin mi.