Te quiero ahí, en ese estante.
En ese lugar, bien alto
para que seas parte,
para que juzgues con tanta limpieza.
Puedo alimentar tu ego cuanto quieras,
porque te quiero
-y te debo
aunque no me lo pidas-
Puedo darte miguitas de cariño,
retazos de abrazos,
dejarte besarme y acariciarme,
como si te besaras a vos mismo.
Puedo repetir como en un loop eterno
lo que tanto nos gusta compartir,
y volver a compartir,
y volver a compartir.
Cenar bajo la luz caramelo,
vino, vino, vino.
Escucharnos,
vos mis ideas futuras, mis futuras excusas,
yo tu pasado oscuro, su vació presente.
Somos parecidos, -porque aprendí de vos-
soy el espejo de tu ego.
El fetiche, la joyita que adoras,
el orgullo de tu creación.
Tu obra más querida.
viernes, 3 de junio de 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)